Para garantizar la continuidad del negocio y que el flujo de datos sea adecuado, es de vital importancia contar con un Plan de Recuperación de Desastres (DRP por sus siglas en inglés).
Los hackers han ido sofisticando sus técnicas para robar datos sensibles, secuestrar sitios web o servidores completos; por otro lado, los desastres naturales son inevitables pero prevenibles y podemos evitar las consecuencias negativas en la infraestructura tecnológica.
Estar preparado para un evento inesperado debe ser la prioridad del CTO; sólo en Estados Unidos en el año 2018, se calcula que la pérdida por ciberataques fue de $45 mil millones de dólares, de acuerdo con la Alianza de Confianza Online de la Sociedad de Internet.
Un DRP abarca distintos niveles en la seguridad digital de una organización, no sólo se trata de combatir a los hackers o evitar que las computadoras sean secuestradas para minar bitcoins –una de las actividades más comunes–, sino de contar con una serie de planes o protocolos para proteger al 100% el negocio.
Protégete de estos riesgos
Desastres naturales
En este nivel, las empresas deben ser conscientes a qué clase de ambiente natural se enfrentan por su posición geográfica: inundaciones, sismos, erupciones volcánicas, tornados, huracanes, calores intensos que provoquen incendios o fríos causantes de congelamientos. Todos estos factores juegan un papel relevante en el cuidado de la infraestructura, por lo tanto es primordial tener un plan de recuperación, ¿qué pasaría si un centro de datos al interior se moja? o ¿cuánta información se perdería si la infraestructura se congelara y quedase inservible?
Ataques cibernéticos
De acuerdo con el reporte de la Alianza de Confianza Online de la Sociedad de Internet, los ciberataques en 2018 disminuyeron un 20%, sin embargo sus pérdidas financieras incrementaron un 60%. No sólo eso, sino que la cultura en seguridad digital aún no permea lo suficiente, Boston Consulting Group afirma que alrededor del 70% de los ataques cibernéticos exitosos son debido al descuido de las personas: una USB corrompida que es ingresada a una computadora está conectada a una intranet; visitas a sitios peligrosos sin precauciones o conexiones en ubicaciones fuera de redes seguras.
Corrupción de datos
Los fallos en los centros de datos pueden ocurrir por múltiples razones, desde un error humano hasta una falla mecánica de la infraestructura; esto genera interrupciones en el servicio que puede derivar en la pérdida de datos, recursos, o incluso en la pérdida de la confianza de los usuarios. Esto quizá no se pueda prevenir, sin embargo es posible arreglarlo siempre cuando se cuente con un sistema eficiente de respuesta a incidentes que logre que una posible caída dure solo unos minutos y que esta no comprometa datos sensibles o el trabajo óptimo en la organización.
Plan de Recuperación de Desastres a través de la Nube
Hoy muchas empresas, sin importar su giro, cuentan con un porcentaje alto –sino es que del 100%– de su operación de forma digital. Todas las organizaciones cuentan con una computadora conectada a internet desde la cual maneja información de clientes, proveedores y de la empresa misma, con distintos grados de sensibilidad y relevancia.
En algunos casos, las organizaciones requieren de una infraestructura tecnológica sofisticada para operar: centros de datos dedicados, espacios infinitos de discos duros, sistemas de comunicaciones, CRMs, circuitos de vigilancia y más; lo anterior implica una inversión alta de recursos, sumado a que deben contar con el personal calificado para mantener segura y funcional esta infraestructura. O pueden optar por la Nube.
La Nube se ha posicionado como una de las soluciones más seguras para la operación de organizaciones grandes, medianas y pequeñas; cuando se opta por esta, los costos en infraestructura y mantenimiento disminuyen un 67%
Cuando una organización migra a la Nube puede olvidarse de crear desde cero un Plan de Recuperación de Desastres, proveedores como AWS cuentan ya con todas las medidas de seguridad, reacción y restauración de incidentes, sin afectar la continuidad del negocio y sin comprometer la integridad de la información sensible de las empresas.
Fuentes:
