En 2009, México y el mundo vivieron la crisis por la Influenza H1N1, las medidas sanitarias tomadas en aquel momento provocaron el cierre de escuelas, la cancelación de eventos masivos, así como la de vuelos y la interrupción de la operación de muchas empresas.
De acuerdo con la OMS, el daño a la economía mundial fue de entre 45 mil millones a 55 mil millones de dólares; México, uno de los países de origen del virus, sufrió un golpe de 0.7% de su PIB, equivalente a 57 mil millones de pesos, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud en 2009. Las ventas al consumidor cayeron más de 8% en el país, a tasa anual.
Hoy en el mundo se vive la crisis por un nuevo virus: el coronavirus COVID-19 que surgió en la ciudad de Wuhan, China; la economía europea se ha visto sacudida debido al crecimiento exponencial de contagios, Italia está cerca del aislamiento debido a que el número de casos se han descontrolado.
En México continuamos en fase 2 de la epidemia y las autoridades sanitarias nos han solicitado quedarnos en casa. Por ello, las empresas deben contar con planes precisos en esta contingencia declarada en el país y así evitar que sus empleados enfermen.
¿Te has preguntado si tu empresa está preparada en caso de que la mitad o más de tus empleados no puedan ir a trabajar? ¿Cómo operarás con el anuncio de la Secretaría de Salud de que sólo los trabajadores de servicios indispensables (salud, servicios de emergencia y banca) pueden laborar?
De no contar con las respuesta a esas preguntas, la experta en Continuidad del Negocio, la maestra Amparo Romero, hace las siguientes recomendaciones para realizar un Plan de Continuidad del Negocio con el objetivo de garantizar la continuidad de tu negocio, y así no perder un número excesivo de recursos en este escenario de emergencia.
Pasos para un Plan de Continuidad del Negocio (Business Continuity Plan) para enfrentar la contingencia por coronavirus COVID-19
Recuerda que lo más importante al realizar un Plan de Continuidad del Negocio es que tu empresa logre mitigar –en medida de lo posible–, las pérdidas económicas en ingresos no recibidos o en multas por interrumpir algún trámite obligatorio en esta época (recuerda que marzo y abril son los meses de declaración anual ante el SAT).
Prepárate, realiza simulacros para comprobar si el plan funciona; involucra a todas las áreas para concientizarse; actualiza cada año tu plan aunque no haya nada de qué preocuparse; pero más importante, no caigas en pánico o desinformación.